Hemorragia Intraventricular
¿Qué es la hemorragia intraventricular (IVH, por su sigla en inglés)?
La hemorragia intraventricular (IVH) es el sangrado que se produce dentro o alrededor de los ventrículos, que son los espacios en el cerebro que contienen el líquido cefalorraquídeo.
La hemorragia intraventricular es más común en los bebés prematuros, especialmente en bebés de muy bajo peso al nacer con menos de 1.500 gramos (3 libras, 5 onzas).
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¿Cuáles son las causas de la hemorragia intraventricular?
No está claro por qué se produce la hemorragia intraventricular. El sangrado puede presentarse porque los vasos sanguíneos del cerebro de un bebé prematuro son muy frágiles e inmaduros y se rompen con facilidad. Los bebés con problemas respiratorios, como la enfermedad de la membrana hialina u otras complicaciones de la prematuridad, son más proclives a padecer una hemorragia intraventricular. Cuanto más pequeño y prematuro sea el bebé, mayores serán las probabilidades de que se produzca una hemorragia intraventricular. Casi todas las hemorragias intraventriculares se producen dentro de los primeros cuatro días de vida.
¿Por qué la hemorragia intraventricular es una preocupación?
El sangrado en el cerebro puede ejercer presión sobre las células nerviosas y dañarlas. El daño severo a las células puede ocasionar lesión cerebral.
¿Cuáles son los diferentes grados de hemorragia intraventricular?
La cantidad de sangrado varía. La hemorragia intraventricular suele describirse en cuatro grados:
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Grado 1. El sangrado se produce solamente en una pequeña zona de los ventrículos.
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Grado 2. El sangrado también se produce dentro de los ventrículos.
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Grado 3. Los ventrículos se agrandan a causa de la sangre.
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Grado 4. El sangrado ingresa en los tejidos cerebrales alrededor de los ventrículos.
Los grados 1 y 2 son los más comunes y no suelen presentar complicaciones. Los grados 3 y 4 son los más graves y pueden derivar en lesiones cerebrales a largo plazo para el bebé. Es posible que se desarrolle hidrocefalia (demasiado líquido cefalorraquídeo en el cerebro) luego de una hemorragia intraventricular severa.
¿Cuáles son los síntomas de una hemorragia intraventricular?
A continuación se enumeran los síntomas más comunes de una hemorragia intraventricular. Sin embargo, cada bebé puede experimentar los síntomas de manera diferente. Los síntomas pueden ser:
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Apnea y bradicardia (interrupción de la respiración y baja frecuencia cardíaca)
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Coloración pálida o azulada de la piel (cianosis)
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Succión débil
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Llanto agudo
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Convulsiones
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Hinchazón o abultamiento de las fontanelas, los "puntos blandos" entre los huesos de la cabeza del bebé
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Anemia (bajo nivel de glóbulos rojos)
Los síntomas de la hemorragia intraventricular pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos. Siempre consulte al médico de su bebé para obtener un diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica la hemorragia intraventricular?
Además de la historia clínica completa y de un examen físico, se suele utilizar una ecografía craneal (de la cabeza) para diagnosticar la hemorragia intraventricular. En esta prueba se utilizan ondas sonoras para generar una imagen de las estructuras internas. Una ecografía craneal permite ver el interior del cerebro del bebé a través de las fontanelas, que son los espacios entre los huesos de la cabeza del bebé. Con la ecografía, se puede clasificar la cantidad de sangrado.
Tratamiento de la hemorragia intraventricular
No existe un tratamiento específico para la hemorragia intraventricular, excepto tratar cualquier otro problema de salud que pueda empeorar el trastorno. Si bien el cuidado de bebés enfermos y prematuros ha avanzado mucho, no es posible prevenir las hemorragias intraventriculares. Sin embargo, se ha demostrado que administrar medicamentos tipo corticoesteroides a la madre antes del parto disminuye el riesgo de hemorragia intraventricular en el bebé. Estos esteroides suelen administrarse a las mujeres que tienen entre 24 y 34 semanas de gestación y que corren riesgo de parto prematuro. Algunas veces, es necesario realizar una cirugía para estabilizar el estado del bebé. En ciertas ocasiones, esto consiste en colocar un catéter en el cráneo del bebé, aunque rara vez es necesario hacerlo por la flexibilidad que tienen los huesos del cráneo de un bebé.