La vida después del cáncer: la fatiga
Es posible que, después de finalizado el tratamiento del cáncer, aún se sienta cansado e incapaz de hacer lo que quiere y necesita hacer. La fatiga extrema es un problema muy común para los sobrevivientes de cáncer. Puede durar meses o incluso años una vez finalizado el tratamiento contra el cáncer.
Este cansancio se denomina fatiga relacionada con el cáncer. Es distinta en cada persona. Y hasta puede ser distinta cada día. Es posible que no tenga la energía para hacer lo que solía hacer. Quizás sienta pesadez o debilidad en los brazos y en las piernas. Tal vez tenga dificultades para concentrarse, pensar o recordar. Muchas veces este tipo de cansancio no mejora con el sueño ni con el descanso. No se relaciona con una actividad reciente y afecta lo que hace.
Por qué la fatiga necesita tratamiento
La fatiga puede ser muy molesta. Puede afectar mucho la capacidad de la persona para realizar tareas cotidianas. Quizá se sienta demasiado cansado para cuidarse o pasar tiempo con su familia. Puede causarle dificultades para ir al trabajo o participar en actividades sociales. La fatiga relacionada con el cáncer puede ser un problema cotidiano.
¿Cuáles son las causas de la fatiga después del cáncer?
Los investigadores trabajan para entender mejor las causas de la fatiga después del tratamiento contra el cáncer. La cirugía, la radiación y la quimioterapia causan fatiga. Y hay muchas otras cosas que pueden causar fatiga o empeorarla. Estas son algunas de ellas:
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Sistema inmunitario debilitado
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Cambios en el equilibrio hormonal
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Depresión
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Problemas con los electrolitos, como cambios en los niveles de potasio, calcio y sodio en la sangre
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Problemas en los riñones
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Problemas del hígado
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Conteo bajo de glóbulos rojos (anemia)
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Problemas pulmonares
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Problemas cardíacos
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Problemas en cómo el cuerpo digiere y usa los alimentos
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No comer ni beber lo suficiente
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No dormir lo suficiente o no dormir bien
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Dolor constante
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Analgésicos opiáceos
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Algunos medicamentos con receta y de venta libre
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Abuso de sustancias o alcohol
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Infecciones
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Artritis
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Desacondicionamiento o pérdida de masa muscular
Reciba tratamiento para la fatiga
Hable con su proveedor de atención médica si tiene fatiga después del tratamiento contra el cáncer. Asegúrese de informar si empeora.
El proveedor le preguntará cómo se siente la fatiga, si cambia, cómo afecta su vida cotidiana y qué hace que mejore o empeore. Quizás le pida que califique la sensación de fatiga usando una escala del 0 al 10, donde 0 significa que no tiene fatiga y 10 significa que tiene la fatiga más intensa.
Es posible que le hagan análisis de sangre. Con estos análisis, se pueden ver los niveles de hormonas, hierro y electrolitos, además de buscar otros problemas, como anemia o infección. También puede consultar a otros médicos para saber las causas posibles de su fatiga. Podría ser un médico del corazón (cardiólogo) o un médico que trate el equilibrio hormonal (endocrinólogo).
Los tratamientos pueden incluir lo siguiente:
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Transfusiones de sangre, medicamentos o suplementos de hierro para tratar la anemia
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Cambios en la dosis o en el tipo de medicamento
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Medicamentos para controlar el dolor
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Medicamentos u otras maneras que lo ayuden a dormir mejor
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Medicamentos que lo ayuden a sentirse más despierto durante el día
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Tratamiento hormonal
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Medicamentos para tratar la depresión
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Vitaminas
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Terapias complementarias, como consciencia plena (mindfulness), yoga o acupuntura
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Fisioterapia para que ejercite y mejore la fortaleza muscular
No ignore la fatiga. Podría indicar un problema y requerir tratamiento. Y no intente tratarlo usted mismo con vitaminas, medicamentos a base de hierbas ni dietas especiales. Hable con su proveedor de atención médica antes de probar cualquiera de estas opciones.
Otras cosas que pueden ayudar
Si tiene fatiga relacionada con el cáncer, haga lo siguiente:
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Lleve una alimentación saludable. Pregunte a su proveedor de atención médica si además debería tomar suplementos nutricionales. También puede pedir una consulta con un nutricionista.
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Beba suficiente agua todos los días. Pregunte al proveedor de atención médica qué cantidad debería beber.
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Limite la cafeína y las bebidas azucaradas. Reduzca la ingesta de este tipo de bebidas. Y no las tome por la noche.
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Descanse todo lo que necesite. Haga pausas para descansar y tome siestas según sea necesario durante el día. Pero no descanse demasiado o podrían empeorar los problemas de sueño por la noche.
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Planifique sus horarios. Use la energía en cosas que necesite o quiera hacer.
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Obtenga la ayuda que necesita. Pide ayuda a los demás para hacer tareas, como limpiar, hacer las compras, lavar ropa y cocinar.
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Establezca una rutina. Acuéstese y levántese a la misma hora todos los días.
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Haga algo de ejercicio todos los días. Pruebe actividades como caminar, nadar, hacer yoga o andar en bicicleta. Pueden prevenir la debilidad muscular y aumentar su nivel de energía. Mantenerse activo puede disminuir la fatiga y ayudarlo a sentirse mejor.
Busque apoyo
Hablar con otros sobrevivientes de cáncer que tengan problemas de fatiga puede ser de ayuda. Puede aprender formas nuevas de lidiar con la fatiga después del cáncer. Hablar con un consejero también puede ayudarlo a manejar la fatiga, en especial si empeora a causa de la depresión. Hable con su equipo de atención médica para encontrar un consejero, un grupo de apoyo o ambos.